Porque el mundo no necesita más líderes: necesita mejores líderes.

Juan Ignacio Vélez Ucrós

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Lo primero que aprendí - tal vez a las malas - es que los negocios, lastimosamente, no son una analogía de una familia. Un líder de familia, no despide de su hogar a sus hijos por no cumplir con las metas esperadas en el año de estudio. Un líder de familia tampoco obliga a su hijo quedarse en la casa durante las vacaciones porque quedó mucha ropa sucia en el cuarto de lavado. Aprendí entonces, que la mejor analogía para describir un negocio y sus colaboradores es una comunidad

Desde hace más de 4 años he estado investigando, analizando y tratando de entender la compleja relación entre un líder y su equipo de trabajo, específicamente en el ámbito profesional y de los negocios. Esto, con el objetivo de generar una autorreflexión que me permita desaprender las prácticas que no son correctas, mientras me adapto y aprendo a desarrollar las prácticas y habilidades que son propias de un líder que motiva, inspira, pero sobre todo permite el bienestar integral del negocio para el cual se desarrolla.

Lo primero que aprendí – tal vez a las malas – es que los negocios, lastimosamente, no son una analogía de una familia. Un líder de familia, no despide de su hogar a sus hijos por no cumplir con las metas esperadas en el año de estudio. Un líder de familia tampoco obliga a su hijo quedarse en la casa durante las vacaciones porque quedó mucha ropa sucia en el cuarto de lavado. Aprendí entonces, que la mejor analogía para describir un negocio y sus colaboradores es una comunidad, donde existen algunos gobernadores, ediles, representantes del pueblo y sobre todo sus ciudadanos, donde todos en conjunto, poseen una serie de derechos y deberes para permitir que la comunidad se siga desarrollando.

El alcance comunitario

Una de las cosas que he percibido dentro de la analogía de la comunidad en un negocio, es que en numerosas ocasiones los líderes de esta comunidad no tienen el rango de visión suficiente para evidenciar hasta donde realmente su liderazgo impacta no sólo a su comunidad –su compañía- sino a todos los demás actores que lo rodean. El medio ambiente, la sociedad y la economía de todo el terreno geográfico en donde ese negocio impacta, debe ser tenido en cuenta para liderar con responsabilidad ante cada uno de los actos que prospectan un beneficio, pero que a su vez traen impactos negativos o daños colaterales.

Cuando un líder sopesa únicamente los triunfos personales y de su negocio por el nivel de ventas que este ha generado, está olvidando que, en primera instancia, los negocios como base de la evolución del ser humano, de su prosperidad y de su tiempo de permanencia en el planeta, deberían estar centrados en los beneficios reales que dicho negocio atribuye a todo el ecosistema que lo rodea, no sólamente en el indicador vanidoso y egoísta del crecimiento desmedido.

Con relación a este tema, he visto cómo las Startups y negocios de base tecnológica en sus medidas e indicadores de desempeño lo único que les interesa son el CTR, el CPC, el CPL, las descargas, el tiempo de uso de una plataforma, la cantidad de compras, ticket promedio, el EBITDA, etc. Y es que si miramos todos los indicadores nombrados anteriormente, son indicadores que están destinados únicamente a leer el crecimiento del negocio, interno y egoísta, sin tener en cuenta si realmente este negocio está supliendo o cumpliendo con los compromisos a través de su propósito, misión y visión para generar el impacto correcto en su ecosistema.

Un ejemplo sencillo de este tipo de acciones es una colombina/chupete de azúcar. La Colombina o chupete, es un producto que activa nuestras papilas gustativas y envían una señal al cerebro para decirnos que lo que estamos comiendo es delicioso. Ahora bien, este producto no es una base alimenticia importante para el ser humano, no representa ninguna necesidad básica a cubrir y tampoco genera ningún impacto positivo en el ecosistema más lejano que los empleos que desarrolla para que algunas personas puedan fabricar y vender dicha colombina.

Y es que el mundo está lleno de negocios que venden colombinas, productos y servicios que en la base de las necesidades y los dolores de la sociedad, no son determinantes de una solución, pero aún así existen y perduran por un impulso de consumo que hemos seguido alimentando a causa de las potentes inversiones en mercadeo que siguen sugestionando a sus consumidores a adquirirlas.

Por otro lado, existen negocios que nacieron de la inspiración y motivación por cambiar el mundo, o por lo menos por dejar una pequeña huella que impulse a otros a hacer lo mismo. Lastimosamente, muchos de ellos olvidan su propósito y misión con la cual nacieron cuando el ecosistema los amenaza con algunas pérdidas económicas y a raíz de esto toman decisiones que no van en línea con su propósito y misión planteadas. Lo más sorprendente es que estos negocios son aún más dañinos que los negocios del azúcar, el tabaco o incluso el petróleo, por que sus líderes siguen convencidos de que lo que hacen genera un impacto positivo, sin darse cuenta que las decisiones que han tomado los han llevado por un desvío donde ese impacto positivo ya no es parte de su negocio.

Ética, valores y responsabilidad

Por eso, cuando hablamos de negocios de alto impacto, y hablamos que existen líderes afuera que están cambiando el mundo, debemos primero entender la base por medio de la cual un negocio está dispuesto a hacerlo realidad. ¿Cuántas veces hemos visto a líderes recitar su propósito con tanta motivación y entrega durante una venta comercial, pero sacrificarlo cuando el negocio le pide tomar acción para no perder dinero?. Este tipo de reflejos se dan porque estos líderes –de gran corazón por supuesto-  no tienen claros sus principios y valores éticos para poder tomar decisiones muy difíciles en los momentos más difíciles.

¿Y qué es la ética?, ¿Cómo un líder puede interpretar este concepto y darle forma a las acciones que toma en su día a día para contar con ella como su brújula de navegación?. La ética en un negocio como su base más pura puede ser definida como:

“La libertad en las acciones de una persona u organización finalizan donde empiezan las de la otra. Esto quiere decir que soy libre de hacer lo que me plazca, siempre que mis decisiones y acciones no afecten la integridad emocional, física, social, económica o medioambiental de la población y el ecosistema sobre el cual se desempeña mi negocio.”

La ética en un negocio es la base fundamental, en donde un líder genera sus compromisos inalienables no sólo con su negocio, sino con todo el ecosistema donde este negocio interactúa. ¿Cuántos negocios no hemos visto que bajan los costos de un producto a sus clientes, pero que someten a poblaciones pobres de países tercermundistas a fabricar estos productos por míseros centavos la hora?. Y aunque esta práctica –en alguna época muy común– se ha ido disipando por la notoriedad de sus actos, muchas compañías aún esconden debajo de la alfombra sus errores, por el simple miedo egoísta y vanidoso de no perder su nombre, su negocio y su percepción de éxito frente a la sociedad.

Entonces, ¿Cuáles son las habilidades que un líder debe desarrollar para poder ejecutar un negocio con responsabilidad?. A continuación encontrarás el top 10 que he recolectado durante mi estudio y práctica de liderazgo:

  1. Empatizar con el dolor de quien lo sufre:

    Cuando un nuevo líder desarrolla una idea de negocio, lo hace con la convicción del impacto positivo que puede generar el trabajar por un propósito mayor. Pero muchas veces, estos líderes carecen de la sensibilidad suficiente para entender el contexto del propósito por el cual luchan, muchas veces por la falta de reconocimiento ante los dolores, necesidades y frustraciones de su mercado.

  2. Experimentar nuevos roles sociales o profesionales, sin temor a la presión social:

    Muchas veces para poder entender un problema y poder darle solución, quienes toman decisiones estratégicas deben conocer cualitativamente las experiencias de otros roles para poder ejecutar las estrategias correctas. Ser humilde y asumir otras facetas que no tengan que ver con la de un CEO o líder de negocio, le da la perspectiva suficiente para entender y poder tomar mejores decisiones.

  3. Visión ética responsable:

    La visión de los nuevos líderes dejó de permanecer en el idealismo de su propia grandeza. Hoy en día, los mejores líderes –no necesariamente los más visibles– evocan su liderazgo por medio de una visión que contribuya con un impacto positivo integral. De nada sirve llevar productos de necesidad primaria a gente pobre, si en el camino la cadena de valor genera daños colaterales irreversibles a mediano o largo plazo. Entender los riesgos y beneficios de toda la red permite establecer una visión ética y responsable.

  4. Autorreflexión:

    Es una de las más básicas, pero de las más difíciles de implementar. Es la capacidad de todo individuo para reconocer sus errores y hacer lo posible para enmendarlos.

  5. Conciencia ante la alienación:

    Hemos visto innumerables veces como muchos negocios que cuentan con un increíble propósito, terminan en la mira polémica del impacto no tan positivo que generan en el ecosistema donde interactúan. La alienación, es la pérdida de la personalidad o la identidad de una persona o un colectivo. Ser consciente ante este fenómeno, permite a un líder evidenciar el momento para hacer una pausa, reflexionar y volver a tomar el rumbo según sus principios y valores éticos. De esta manera, la polémica nunca llegará a quienes no permiten que se desarrolle.

  6. Dilema de desorientación:

    Es completamente normal y natural que un líder se sienta desorientado en ocasiones. El dilema de desorientación es el fenómeno que provoca que una persona, ante el aprendizaje o la recepción de nueva información , cuestione sus valores éticos o sus principios. Y es que así como creamos valores y principios, estos pueden transformarse para mejor si descubrimos que puede ser así.

  7. Construir confianza de otras maneras:

    La confianza es una de las bases para un excelente liderazgo. Pero la confianza debe construirse tanto de manera colectiva, como individual. En la medida en que un líder comprenda cómo desarrollar la confianza bajo el lente de los miedos, dolores, necesidades y expectativas de cada individuo, podrá incrementar el impacto tanto dentro de su negocio como fuera de él.

  8. Impacto positivo antes que ventas:

    Tal vez el capitalismo desmedido y ambicioso nos ha creado una capa borrosa y muy egoísta en el concepto básico de la creación y desarrollo de un negocio. Un negocio, antes de ser un resultado financiero, debe ser una solución integral para aquellos a quienes sirve. Muchos líderes miden el progreso de su negocio por el crecimiento numérico. Pero como decía anteriormente, estos son indicadores vanidosos, que deben ser el resultado, y no el medio para un capitalismo consciente.

  9. Experimentar con nuevas reglas:

    Aunque existen reglas y normas que funcionan muy bien actualmente, existen otras que se han dispuesto para beneficiar a las minorías más favorecidas. Desafiar el status quo bajo la visión ética e integral permite una posición dispuesta a la transformación social, cultural y legislativa. Nuevos líderes deben experimentar más las “zonas grises” de las leyes y normas actuales, con el objetivo de mejorar las condiciones de todos los actores de su ecosistema.
  10. Planear una ruta de acciones:

    Un líder es una persona que toma partido y participa activamente en el desarrollo de planes de acción con pasos claros, de corto plazo, pero que a su vez acumulados, permiten tener un mapa más extenso de solución tanto a mediano como a largo plazo. Esto, permite contemplar una visión de corto plazo (2 años), pero con un plan de acciones tangible que permitirá a su equipo de trabajo comprender el rumbo y tener un mapa de ruta más claro.

Un líder de un nuevo negocio, definitivamente no puede ser una persona ordinaria, ni debería serlo: cada líder de un nuevo negocio, bien sea de alto impacto o por necesidad, debe ser un individuo que se responsabilice más que por su propio ego, por el bienestar, equilibrio y el desarrollo de todo el ecosistema. Y para esto debe contar con unas bases que le permitan visualizar, entender y navegar el panorama del impacto y sus consecuencias –directas e indirectas– de una forma muchísimo más especializada que la de cualquier otro profesional, pues solo así, contaremos con los líderes correctos, los negocios adecuados y un impacto que permitirá al ser humano y la naturaleza lograr su equilibrio para seguir compartiendo este gran hogar durante muchas décadas más.

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